lunes, 2 de noviembre de 2009

Prevención de Abuso Sexual Infantil

Los Niñ@s deben estar informados acerca de los peligros que los acechan para que puedan defenderse de aquellos que intentan victimizarlos. Debemos prepararlos para que no brinden información sobre ellos y/o sus familias. Es necesario que sean desconfiados y se sientan seguros de sus respuestas frente a los adultos intimidatorios o seductores.

Cuidar los huesos desde la adolescencia

Noticias de Ciencia/Salud
Lunes 2 de noviembre de 2009 Publicado en edición impresa LA NACIÓN
La literatura médica afirma que desde los 50 en adelante, sólo por el paso de los años, el riesgo relativo de padecer osteoporosis aumenta un 80% cada década. Así expresado, fracturarse parece un destino ineluctable. Sin embargo, para los endocrinólogos hay mucho por hacer por nuestro esqueleto. Basta con saber "escucharlo".
"Aunque parezca muy mecánico, el hueso, como todo órgano, tiene una actividad metabólica muy importante ?dice el doctor Gerardo Sartorio, presidente de la Sociedad de Endocrinología y Metabolismo que entre el 4 y el 6 de este mes realiza su decimosexto congreso (www.saem.org.ar)?. Y su fortaleza o debilidad tienen mucho que ver con la regulación del calcio y el funcionamiento renal, que influyen en su formación."
Por eso, Sartorio, jefe del laboratorio del Ramos Mejía durante 30 años y el primer bioquímico que preside la sociedad, aconseja no demorar la consulta. "Para nosotros, una fractura de cadera es un fracaso ?asegura?. Quiere decir que la persona (en general, la mujer, por la pérdida de estrógenos en la menopausia) la padece porque no se ha hecho los controles correspondientes. Hay que empezar a prevenir en la perimenopausia, desde los 45 años, porque después los cambios son más lentos."
Para la doctora Ana Galich, jefa de osteopatías metabólicas del Hospital Italiano, los cuidados deberían empezar incluso antes. "La osteoporosis hay que prevenirla toda la vida; incluso hay quienes dicen que es una situación que comienza en la pediatría: cuando se ingiere poco calcio en la dieta, se toma poco sol y se hace poca actividad física".
Según explica Galich, el pico de capital óseo en las mujeres se acumula entre los 11 y los 14 años, y en los hombres, entre los 13 y los 17.
Como tema del próximo congreso, los endocrinólogos analizarán cuáles son los análisis que permiten auscultarlo. "Ocurre que para diagnosticar la salud de los huesos, no es suficiente con una densitometría ?afirma Galich?. Este estudio es una foto, pero hay estudios metabólicos que pueden darnos una idea de cómo es el remodelado óseo, porque hay células que destruyen el hueso viejo y otras que lo reconstruyen... Cada una libera sustancias en la sangre (como la fosfatasa alcalina, los telopéptidos y otras) que nosotros medimos y, si hay mucha destrucción, se pueden elegir tratamientos que la reparen."
Como afirma Sartorio, de los huesos "no hay que preocuparse, sino ocuparse".
Nora Bär

Tartamudez: hay casi un millón de personas que la padecen

Fonoaudiologia / En la Argentina
Generalmente, se manifiesta entre los 2 y los 5 años; los padres son claves en el tratamiento

Noticias de Ciencia/Salud
Lunes 2 de noviembre de 2009 Publicado en edición impresa
Fabiola Czubaj LA NACION
La tartamudez, como el resto de los problemas al hablar, suele ser objeto de burlas o chistes. Sin embargo, la prolongación de un sonido o la repetición de una palabra en una conversación son muy comunes. Pero en casi un millón de argentinos, esa alteración involuntaria de la fluidez del habla (disfluencia) es tan impredecible como angustiante durante las actividades diarias, como hablar por teléfono o pedir algo en un quiosco.
"Hay situaciones que una debe atravesar a diario y no puede evitar, a las que muchas veces tememos porque nos exponen con nuestra tartamudez, como presentarnos, hacerle un pedido a un delivery o en un restaurante, hablar en público, leer en voz alta? En fin, momentos de interacción con los otros, en los que el foco está puesto más en el habla", dijo vía e-mail desde su lugar de vacaciones María, una contadora de 28 años.
Aseguró que toda su vida fue "una chica que a veces se traba". Aunque su tartamudez es moderada, aclaró: "Me desgasta mentalmente el esfuerzo para que no se note". Hace 12 años, la disfluencia apareció de repente, cuando menos lo esperaba. "Estábamos en una clase de inglés leyendo un texto y a cada alumna nos tocaba un párrafo por turnos, según la disposición en el aula. Cuando me tocó a mí, me trabé en una palabra y todas mis compañeras se rieron. Fue una situación muy desagradable. Tenía 16 años", recordó. Enseguida, comenzó el tratamiento.
La tartamudez, que afecta a unas 840.000 personas (2% de la población), es un trastorno neurobiológico que se puede controlar. La mitad tiene algún familiar cercano (abuelos, tíos o padres) que también tartamudean y los varones son los más vulnerables (4 por cada mujer). "En la gran mayoría de los casos, la disfluencia aparece cuando los chicos empiezan a armar la palabra-frase, a comunicarse, es decir, entre los 2 y los 5 años", explicó la licenciada Mara Luque, fonoaudióloga especializada en tartamudez en las universidades de Iowa y Pensilvania (EE.UU.) y docente de ese trastorno en la carrera de fonoaudiología de la UBA.
A esa edad, la tartamudez tiene características que vale la pena identificar para consultar rápidamente con el pediatra y el fonoaudiólogo para confirmar o descartar el diagnóstico. "Es cíclica, lo que hace que los padres la noten un día o una semana, y que desaparezca para reaparecer al poco tiempo. Generalmente, son repeticiones de sonidos, sílabas o palabras, y sonidos tensos prolongados", precisó Luque, de la International Fluency Association y la Asociación Argentina de Tartamudez (www.aat.org.ar).
Se sabe, también, que las personas disfluentes no se traban cuando cantan o rezan, y que lo hacen muchísimo menos cuando están solos, le hablan a un animal o, por ejemplo, leen o hablan con otra persona al unísono. Es frecuente, también, asociar la tartamudez sólo con las repeticiones, como cuando un chico dice: "Quiero una g-g-g-galletita" o "Quiero una ga-ga-ga-galletita" o "Quiero-quiero-quiero-quiero una galletita". Sin embargo, hacer fuerza para avanzar en el habla sería un signo más grave que la repetición en sí.
"Muchos papás dicen: «Antes, mi hijo era tartamudo porque repetía; ahora no, porque hace fuerza con los ojos y lo soluciona». Pero esa tensión se empieza a acumular y aparecen los bloqueos [silencio antes de empezar a hablar] y las prolongaciones ["¿Co-o-o-ómo te llamás?"], hasta que, de repente, el sonido no sale y necesitan muecas o movimientos corporales, como un golpe con la mano o el pie, que los ayuda a destrabarse, cuando en realidad estamos en un paso mucho más avanzado de la enfermedad", detalló Luque, becaria de la Fundación Americana de la Tartamudez, una ONG que promueve la investigación científica, el trazado del mapa genético de la disfluencia.
Cuanto antes, mejor
Toda apunta a que, desde el momento en que aparece, lo mejor es actuar cuanto antes para revertir los síntomas. Según la especialista, es suficiente que un chico repita con tensión e incomodidad una o más veces un sonido, una sílaba o una palabra como para considerarlo un signo de alarma para la consulta.
Eso es lo que hicieron los papás de Bernardita, de 6 años. Con la participación de ambos y de la maestra en la escuela, el tratamiento dio excelentes resultados. "Aprendió a hablar más lento, a modular y a no ponerse nerviosa", relató Agustina, la mamá. Con su esposo, debieron aprender cómo dialogar con ella en la casa (ver infografía).
"Ahora no parece que tenga disfluencia", dijo Agustina. De hecho, el cambio en un año fue tan pronunciado que, en los primeros informes de primer grado, la maestra estaba preocupada porque no hablaba. "Pero, según el boletín de la semana pasada, Bernardita cambió totalmente su participación en clase", agregó.
Se estima que el 75% de los chicos disfluentes recuperaría el habla espontáneamente. Pero ¿cómo saber si un chico pertenece al 25% restante? "Por eso es tan importante la consulta fonoaudiológica, en la que se evalúan los factores de riesgo, la herencia, y se les dan a los padres pautas de vigilancia", dijo Luque.

Mirar TV muchas horas puede aumentar la presión en chicos

La Nación - Buenos Aires 15/10/2009
NUEVA YORK (The New York Times).? Los chicos que pasan mucho tiempo mirando TV tienen mayor riesgo de padecer hipertensión, incluso si son delgados y hacen suficiente actividad física, de acuerdo con nuevas investigaciones.
Estudios previos habían encontrado asociaciones entre el hábito de mirar televisión y la obesidad, que también está vinculada con un aumento de la presión arterial. Pero los nuevos resultados sugieren que existe una relación más directa entre pasar muchas horas delante de la pantalla y el aumento de la presión sanguínea, según dijeron los autores.
Investigadores de la Universidad de Michigan siguieron a un grupo de 111 chicos, de entre tres y ocho años, durante alrededor de cuatro años. El equipo les pidió que utilizaran acelerómetros (dispositivos que registran el movimiento físico) durante una semana, para tener una medida objetiva del tiempo en que eran sedentarios. Los investigadores también reunieron información de los padres y de cuántas horas pasaban mirando la TV, con jueguitos de video y con la computadora.
Los chicos que más miraban televisión (entre una hora y media, y cinco horas y media diarias) tenían presión diastólica y sistólica significativamente más altas que los que miraban menos de media hora por día. Sin embargo, los acelerómetros mostraron que la presión más alta no estaba vinculada con el comportamiento sedentario, sino específicamente con el hábito de mirar televisión.
Estudios anteriores habían mostrado en un grupo similar que uno de cada cinco niños tenía presión alta, según dijeron los científicos. Los niños generalmente tienen presión más baja que los adultos y ésta aumenta a medida que crecen. Mirar TV muchas horas puede tener efectos dañinos porque los chicos frecuentemente "pican" o tal vez porque los programas los estresan, según el autor principal. Agregó que mirar televisión hasta tarde puede reducir las horas de sueño o interrumpirlo; también es posible que reduzca el ritmo metabólico más que otras actividades sedentarias. La Academia Norteamericana de Pediatría recomienda que los chicos no miren más de dos horas de televisión de alta calidad por día.

El origen de las enfermedades crónicas está en la gestación

La Nación - Buenos Aires 15/10/2009
La calidad de las condiciones en las que un bebe pasa las nueve lunas en el vientre materno determinará la vulnerabilidad o la fortaleza que desarrollará su organismo en los años que le toque vivir.
Por eso, y desde hace 25 años, el profesor David Barker no tiene duda de que comenzar ya mismo a cuidar la salud de las embarazadas, las niñas y las adolescentes es una inversión que dará una incalculable ganancia: prevenir las enfermedades crónicas, como la diabetes y las cardiopatías, a partir de la próxima generación.
"Se dice a veces que los automóviles se descomponen, y mucho, porque se los maneja muy rápido en caminos muy malos. Pero la otra razón por la que se rompen los autos es porque están mal fabricados. Lo mismo pasa con nosotros... Decimos que la gente se enferma en la madurez porque, primero, están mal construidos", resumió a LA NACION el doctor Barker, que es integrante de la Royal Society de Londres, profesor del Departamento de Medicina Cardiovascular de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon (EE.UU.) y dirige un grupo de investigación en la División Orígenes del Desarrollo de la Salud y las Enfermedades de la Universidad de Southampton (Inglaterra).
Todavía en el aeropuerto de Ezeiza, y con el cansancio del vuelo nocturno a cuestas, el autor de la hipótesis sobre los orígenes tempranos a la que dio su apellido se adelantó a la presentación de las conclusiones de un panel de 30 expertos de la Argentina, Chile y Uruguay, reunidos por el Instituto Danone, y que se presentaron en el XVII Congreso Argentino de Nutrición, en la ciudad de Mar del Plata.
"La mayoría de los órganos se completan al nacer -continuó-, de manera tal que la etapa más importante de nuestra vida es en el útero, donde se va «construyendo» el organismo. Por lo tanto, si queremos prevenir la diabetes, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardíacas, tenemos sí o sí que mejorar la nutrición del bebe."
A la vez, la capacidad que tiene una mujer de nutrir a su bebe, postula la hipótesis, depende de la calidad de su propia alimentación hasta el momento de la concepción.
"Entre dos madres sanas, la diferencia en cuanto al alimento que le pueden hacer llegar a sus bebes en el vientre es lo que establecerá la salud física y mental de esos dos chicos -agregó-. Y la placenta es extremadamente importante en todo ese proceso: muchos bebes, aun en madres bien alimentadas, pueden estar subalimentados porque la placenta no hace bien su trabajo. Es más fácil que los azúcares atraviesen la placenta que lo hagan las proteínas, que no la atraviesan simplemente, sino que tienen que ser activamente transportadas. Si la placenta no funciona bien, el bebe recibe pocos nutrientes."
-¿Qué determina que la placenta funcione bien o mal?
-Nadie lo sabe. Es un diálogo complejo, porque el bebe le dice a la placenta «bailamos», pero es la madre la que realmente maneja el baile y por eso muchas veces esa función fracasa.
-Se habla mucho de los factores de riesgo, pero ¿por qué se hace tan poco para prevenirlos?
-No lo sé... Estamos hablando de 25 años desde que se conoce esta teoría y contamos con mucha información como para hacer algo.
-Mientras, se pierde una generación completa...
-Sí. Se necesitaron 50 años para darse cuenta de que fumar hacía mal a la salud. Lo que podemos hacer es tratar de que la población cambie la mentalidad. Antes de nacer, el corazón bombea sangre a través de la placenta, toma los nutrientes de la madre y los distribuye en el bebe. Eso es lo que permite que el corazón y el resto de los órganos sean o no sanos.
-¿Y cuánto influye el medio ambiente después de nacer?
-Sabemos, por ejemplo, que algunos fuman y no les pasa nada o les hace muy mal. Evidentemente, la forma en que estamos construidos determinará nuestra vulnerabilidad al estrés, a la mala alimentación, al cigarrillo o a la falta de ejercicio.
El desafío de cambiar el punto de vista "El desafío es mirar hacia donde todos miran y ver algo diferente. Y eso es lo que hizo Barker", dijo el doctor Ricardo Uauy, compilador con el doctor Esteban Carmuega del informe del panel de expertos del Cono Sur. "Mirando las muertes cardiovasculares en Inglaterra, notó que en los condados más pobres había más muertes 60-70 años después. Exploró, entonces, el peso al nacer y vio lo que nadie: que los que habían nacido con muy bajo y muy alto peso tenían más riesgo de morir 70 años después", dijo Uauy, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile. Para prevenirlo, el experto apuntó la necesidad de "cuidar la salud de la mujer 3 meses antes del embarazo".

domingo, 1 de noviembre de 2009

Video: Prevención de Abuso Sexual Infantil

El sufrimiento que provoca en el niño víctima el abuso sexual infantil no puede ni debe ser tolerado por la sociedad toda. Todos somos responsables del cuidado de nuestros NIÑOS. Todos debemos asumir nuestro compromiso con la PREVENCIÓN de estos hechos aberrantes.

La denuncia del ABUSO INFANTIL es obligatoria por Ley Nacional 24.417/94, su incumplimiento puede ser pasible de 6 meses a 3 años de cárcel.

Aprender a comer sano desde la infancia


Enriquecer la dieta / Atractiva experiencia en el Museo de los Niños
Involucrar a los chicos en la selección y preparación de los alimentos ayuda a que incorporen conceptos básicos de nutrición saludable
Noticias de Ciencia/Salud
Domingo 1 de noviembre de 2009 Publicado en edición impresa
Sebastián A. Ríos LA NACION
-¿Saben qué come Homero Simpson? -preguntó desde el escenario del auditorio del Museo de los Niños la doctora Paola Harwicz.
-Rosquillas, hamburguesas y cerveza -respondió a coro una treintena de chicos menores de 10 años.
-¿Y cómo está Homero?
-¡Gooordo!
-¿Y Sportacus? ¿Sportacus qué come? -preguntó Harwicz, en obvia (para los chicos) referencia al protagonista del programa Lazy Town .
-Frutas... verduras...
-¿Y Sportacus tiene panza?
-Noooo, tiene músculos...
Así, con esta sencilla comparación entre dos personajes opuestos del imaginario infantil, dio inicio el taller "Cocinando con los chicos", organizado por la Fundación Cardiológica Argentina, con el apoyo del Abasto Shopping, en el que un equipo de cardiólogos, nutricionistas y chefs transmitieron a los chicos (y a sus padres) sencillas pautas de alimentación saludable.
"Hoy, los padres están preocupados por la mala alimentación y por los efectos que ésta pueda tener sobre la salud de sus hijos, y a la vez están desorientados por el bombardeo de la publicidad sobre alimentos. Nuestra idea es transmitirles que es posible una alimentación saludable, y que los chicos pueden aprender a alimentarse en forma sana", dijo a LA NACION el doctor Guillermo Fábregues, vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina.
Y es que motivos de preocupación relacionados con la alimentación infantil es lo que sobra: un estudio realizado en escuelas porteñas y bonaerenses por investigadores del Centro de Estudios en Nutrición Infantil (Cesni) halló que el 26,3% de los chicos de 11 y 12 años tenía sobrepeso y otro 7,4%, obesidad.
"En la Argentina, sólo el 17% de los chicos de entre 10 y 19 años come la cantidad de frutas que debería, y con respecto a las verduras es aún peor: sólo el 2% cumple con los requerimientos", comentó la doctora Harwicz, médica especialista en cardiología y nutrición clínica, y coordinadora del taller "Cocinando con los chicos".
¿Cómo empezar a revertir estos malos hábitos? "La única forma de que los chicos sean protagonistas de un cambio en su manera de comer es invitándolos a participar en la cocina", respondió Harwicz.
Y eso es lo que propone el taller que coordinó (y que volverá a repetirse durante el verano). "No se trata sólo de que los chicos aprendan a cocinar, sino de que incorporen conceptos de alimentación saludable."
Con las manos en la masa
Tras una breve charla sobre conceptos básicos de alimentación, con un lenguaje accesible y a través de ejemplos como el de Homero y Sportacus, los pequeños participantes del taller abandonaron el auditorio del Museo de los Niños y se instalaron en una sala contigua, una suerte de cocina a escala, para amasar ñoquis de papa, pero también de remolacha y de acelga.
"Lo que tratamos de enseñarles es la importancia de la variedad en la alimentación, que haya muchos colores en el plato; que el desayuno es fundamental para empezar el día con energía, y transmitir conceptos sencillos como el de «cinco al día», que es que por día hay que comer cinco porciones de frutas y verduras."
Pero que los chicos incorporen nuevos alimentos, y en especial verduras, suele ser todo un desafío para los padres. "Lara come bien, pero es muy selectiva a la hora de sentarse a la mesa -contó Edgardo Braslavsky, mientras su hija de 7 años amasaba ñoquis verdes y violetas-. De a poquito tratamos de ir incorporando alguna verdura, pero cuesta."
"Los seres humanos nacemos con una preferencia por lo dulce y una aversión hacia lo amargo, por eso el incorporar un nuevo sabor no se da de una sola vez -contó Harwicz-. Cuando ofrecemos un alimento nuevo a un chico, debemos intentar varias veces: dárselo a probar un día; si no le gusta dejar pasar un tiempo y volver a ofrecerlo. Los estudios muestran que hay que ofrecerlo entre 12 y 15 veces para que el chico lo incorpore."
Ser creativo en la forma de ofrecer un nuevo alimento es fundamental para no cansarlo y cansarse en el intento. Y para eso no hay fórmulas, aunque jugar a decorar el plato con los alimentos es un recurso más que válido. Ayer, en el taller, los chicos jugaron a armar caras con frutas cortadas en diversas formas.
Al cabo de la actividad, cuando la chef Jessica Bergman y la licenciada Gretel López Segura preguntaron si alguien había comida una fruta "nueva", varios levantaron la mano. Hubo quienes habían probado por primera vez en su vida un kiwi o un durazno. También hubo otro que descubrió que el ananá es mucho más rico que el caramelo de ananá.
Otra buena estrategia es involucrar a los pequeños en la aventura de lo nuevo. "Si el chico va con su mamá o su papá a comprar la comida, y participa de la elección de, por ejemplo, una lechuga, después se encarga de lavarla y ayuda a prepararla, el chico se siente protagonista. Y esa participación favorece la incorporación de nuevos alimentos", aseguró Harwicz.
"Me gustó la propuesta de mostrar a los chicos otra forma de comer -dijo Alejandra Valverde, mamá de Gianlucca, de 7 años-. Yo también saqué en limpio varias cosas, como que en exceso los juguitos y las bebidas dietéticas son tan nocivos como las gaseosas."
Gianlucca, por su parte, resumió en unas pocas palabras parte de lo aprendido en el taller: "No hay que comer tanta chatarra, y sí mucha fruta, para estar fuerte y sano".
Claves
Son los padres quienes deben decidir qué, dónde y cuándo comen los chicos.
Son los chicos los que deben decidir cuánto comen. No hay que forzarlos a comer cuando dicen estar satisfechos, porque si no pierden el registro de saciedad.
Momento de encuentro, eso es lo que debiera representar el sentarse a la mesa. Evitar distracciones como las que propone la televisión es una buena estrategia para que los chicos no coman de más, pero tampoco de menos.
Sin premios. "Si no comés la comida, no hay postre" o "si te portás bien, te compro un helado" son recursos útiles a corto plazo, pero que no colaboran con una alimentación sana.
Educar con el ejemplo. En eso la doctora Paola Harwicz es terminante: "Si los padres no comen pescado, tampoco lo comerán sus hijos; si no comen ensalada, tratar de que los chicos lo hagan no tiene sentido".